domingo, 10 de diciembre de 2017

La felicidad, ¿es un estado de ánimo?

Una noche de cervezas con amigos, estuvimos hablando de cosas de la vida, de nuestras experiencias, como nos encontrábamos ahora mismo, que queríamos hacer en un futuro y poniéndonos al día puesto que yo me había llevado 5 semanas en Madrid y hacía tiempo que no nos contábamos cosas cara a cara, que bajo mi punto de vista, no hay nada más satisfactorio que tener a una persona enfrente y poder hablarle de tú a tú, no siempre a través de una pantalla, el sentir las emociones, los gestos, la forma de expresarse, escuchar la risa, tantas cosas que valoramos estando lejos y que hasta que no las vuelves a vivir no sabes lo que eso puede llegar a significar para ti.
En un momento de la noche, surgió una especie de debate entre nosotros acerca de la felicidad, uno de ellos estaba dudando acerca de irse a China a trabajar, pero nunca había salido de casa a lo que otra le contestó que tenía que salir para ser más feliz si quería vivir experiencias nuevas, por otro lado, otra amiga dijo que no consideraba que tuviéramos que salir de casa para ser felices, si aquí podríamos encontrar la felicidad y estábamos bien en un momento dado por qué salir fuera. De este modo fuimos escuchando diferentes opiniones sobre si la felicidad era un estado de ánimo dado en un momento o no, si la felicidad la podríamos tener simplemente por estar contentos. Por un lado, unos decían que la felicidad no es un estado de ánimo, solamente el estar contento, que puedes sentir que estas feliz con tu vida y con lo que te rodea, pero en algún momento también puedes estar triste por algún motivo o sentirte mal, pero no por eso dejas de estar feliz, en cambio otros decían que si estabas triste en algún momento, no podías estar feliz, que la felicidad era un estado de ánimo al igual que estar contento pero si no lo estabas, ya no eras feliz. Otra gran pregunta que salió fue, ¿Se puede obtener la felicidad plena? ¿Siempre podemos buscar y buscar más la felicidad o tener ambición de querer más y más aunque estemos bien con lo que tenemos?, por supuesto había variedad de opiniones, si es cierto que siempre se quiere más de lo que tenemos, es la ambición del primer mundo y no nos conformamos con lo justo, en algunas ocasiones claro, pero decían que había algo que siempre desearíamos y que no tendríamos, que conseguiríamos algo pero nos faltaría otra cosa, ya sea personal, emocional, un objeto, un sentimiento... sin embargo, una amiga, con 23 años decía que ella ahora mismo sentía que tenía una felicidad plena, que todo lo que tenía le llenaba y era muy feliz, tenía novio, sus amigas, vivía sola en una ciudad que le gustaba mucho, Sevilla, y estaba trabajando como becaria, recién haber acabado la carrera, le preguntaron que como podía ser feliz completamente si en realidad estaba ganando poco dinero, a lo que contestó que ahora mismo es lo que se merecía, que acababa de empezar y que tenía que coger experiencia y era suficiente para vivir ella, quizás dentro de 4 años aspire a más, es muy probable que lo haga, pero ahora mismo es lo que necesitaba y esta muy contenta con la oportunidad. Al final, cada uno tenía su opinión, algunos cambiaron algunas posturas pero claro sus ideas seguían ahí, pero me pareció muy interesante que se hablara de estas cosas con amigos y poder debatir acerca de un tema que tenía muy fresco gracias a las clases y a un libro que me estoy leyendo, "Disfrutar de las emociones positivas" de Fernández-Abascal, que ya os comentaré.


Dejo la pregunta, ¿Se puede ser feliz cuando estás rodeado de injusticias, guerra, pobreza o enfermedades? Como veis hay respuestas muy variadas, os he contado lo que opinan mis amigos. Carol Ryff (1989) sugiere que el bienestar, la felicidad, tiene un elemento hedónico, hay un balance entre emociones positivas y negativas, y que éstas pueden ser independientes del bienestar. Es decir, tu puedes estar feliz con tu vida, pero sentir una emoción negativa cuando sale un atentado en las noticias o alguien que no es muy allegado a ti fallece, eso no cambia que fuera de ahí tu eres feliz con lo que te rodea y tienes, incluso puedes intentar cambiar algunas cosas, siendo solidarias, luchando contra enfermedades, estudiando para encontrar algún trabajo. Prestamos mucha atención a nuestras emociones negativas, lo que hace que la mantengamos en el tiempo y pongamos remedio, pero realmente no mostramos la misma atención a las positivas, no luchamos por mantenerlas y son las que nos impulsan a hacer cosas, a relacionarnos más, a dar amor a nuestros seres queridos, a ser más productivos y a disfrutar más de lo que nos rodea.

La última vez que sentí que fui plenamente feliz, fue hace una semana cuando decidí por un impulso comprarme un billete de autobús para volver a mi casa un fin de semana, no se lo dije a nadie, ninguno de mis familiares y amigos lo sabían, estaba muy nerviosa y con muchas ganas. Salí a las 12 de la noche para pasar 8 horas en un autobús de madrugada, fue un camino largo y cansado pero sabía que merecería la pena, cuando llegué mi hermano me recogió de la estación a las 8 de la mañana y me llevó a casa, cuando llegué desperté a mi madre y me emocioné al ver su reacción, el mejor despertar que le podía haber dado, no se esperaba nada y estaba muy feliz de tenerme allí. Pasó una hora que pude estar con ella tirada en la cama y me fui a casa de mi novio, y lo sorprendí despertándolo y dándole los buenos días, tampoco se esperaba nada y no me quería soltar, solo que le despertará todos los días igual. Lo mismo pasó con mi amiga, que se asustó y posteriormente, lloró. Todas estas reacciones causadas simplemente por el hecho de volver a casa un fin de semana, me dieron la vida, me hicieron sentirme muy querida y estar plenamente feliz, necesitaba verlos, y ellos a mí, disfrute muchísimo con ellos y fue una de las experiencias más bonitas que he podido vivir.

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